El salón industrial nace del espíritu loft: estructuras vistas, metales honestos, maderas con veta protagonista y una paleta sobria donde negros, grises y tonos tostados conviven con luz natural. Dos decisiones lo definen a primera vista: el ladrillo visto, que aporta textura y profundidad, y el sofá de cuero, pieza icónica que envejece con carácter. La clave no es llenar, sino zonificar y dejar respirar los volúmenes.
Antes del plano: cuatro reglas que de verdad importan
Piensa en circulaciones generosas (90–100 cm) para moverte sin obstáculos. Alínea los ejes visuales (sofá–TV, sofá–ventanal o sofá–obra de arte) para ordenar la mirada. Construye un “esqueleto” con 3 piezas clave —mueble de TV robusto, mesa de centro sólida y una estantería abierta— y repite la tríada de materiales (ladrillo, metal, cuero/madera) al menos en tres puntos del espacio para dar coherencia.
Distribución para 60 m²: loft compacto con foco en la convivencia

Imagina un rectángulo versátil con estar, comedor y, si hace falta, un rincón de trabajo.
Estar (25–28 m²). Un sofá de cuero de 3 plazas (220–240 cm) frente a un mueble de TV bajo (150–180 cm). Completa con una butaca o banco metálico y mesa de centro de 120×60 u 80×80, dejando unos 40–45 cm libres alrededor. Una estantería abierta alta ancla el conjunto y ordena libros, vinilos y piezas personales.
Comedor (12–14 m²). Mesa de madera con patas de acero (160–180×90) para seis comensales, situada en paralelo al sofá para alargar la perspectiva.
Home office (6–8 m²). Un tablero de 120–140 cm junto a la pared de ladrillo visto crea fondo potente para videollamadas sin robar luz al estar.
Iluminación: carril de focos negro para bañar el ladrillo y una lámpara colgante tipo fábrica sobre la mesa. Una alfombra de textura natural suaviza el contraste con microcemento o madera oscura.
Truco: si el salón es estrecho, elige un sofá de cuero con brazos finos y patas altas para ganar ligereza, y ubica un aparador en la pared opuesta a la TV para equilibrar masas.
Distribución para 80 m²: galería social con doble foco

Con 80 m² puedes elevar la escala y crear dos centros: conversación y cine.
Zona de conversación (30–32 m²). Sofá de cuero en L (290–320 cm con lado corto de 180–200 cm) dialogando con dos sillones de metal/cuero. Dos mesas de centro gemelas (70–80 cm) permiten modular según la ocasión.
Muro protagonista. Un paño de ladrillo visto acoge un mueble de TV mixto (madera/metal) de 200–220 cm. Sobre él, arte en gran formato para reforzar el look industrial.
Comedor (16–18 m²). Mesa de 200–220×95; combina sillas de metal con un banco de madera contra pared. Instala una lámpara lineal a 70–75 cm del sobre para luz uniforme.
Rincón bar o vinilos (6–8 m²). Aparador bajo con ruedas y estantes abiertos; funciona como barra móvil en reuniones.
Capas de luz: carriles orientables para texturas, colgantes campana en comedor y apliques articulados lavando el ladrillo.
Truco: si hay pilares, intégralos como parte del diseño. Píntalos en negro mate o déjalos en bruto y acompáñalos con estanterías abiertas a medida entre ejes.
Distribución para 100 m²: living-escena con ritmo de galpón

Aquí puedes permitirte claros visuales y piezas XL, además de un tercer ambiente útil.
Estar cinematográfico (40–45 m²). Sofá de cuero modular (longitud total 360–420 cm) frente a un soporte técnico para TV/sonido (240–300 cm) con rejillas o puertas tipo taquilla. Añade chaise o daybed mirando a las vistas.
Comedor atelier (20–22 m²). Sobre de madera maciza de 240–260×100 apoyado en caballetes de acero; aparador alto para vajilla y mantelería.
Biblioteca/estudio (12–16 m²). Dos frentes de estanterías metálicas (240–260 cm) con mesa central de 200×90. Reserva el ladrillo visto para el plano de fondo e ilumínalo con bañadores de pared para dramatismo.
Transiciones. Deja 120 cm en ejes principales, 100 cm entre mesa y muro, 60 cm mínimo tras las sillas para que la circulación sea fluida incluso con invitados.
Paleta y materiales: la fórmula que no falla
Base de grises medios y antracita con madera tostada. Ladrillo visto auténtico o revestimientos que lo recreen con fidelidad. Sofá de cuero en camel o coñac para sumar calidez; negro si buscas un punto más teatral. Hierro y acero negro como estructura; toques de latón envejecido con discreción. Textiles en lana, lonas gruesas y piel natural; alfombras con textura para “aterrar” el conjunto. Plantas grandes (ficus, monstera) oxigenan el look.
Cómo equilibrar ladrillo visto y sofá de cuero (sin recargar)
Trabaja el ladrillo en un único plano largo y mantén el resto en blanco roto o gris claro. Al sofá de cuero dale contraste suave: cojines en lana cruda, mesa de centro de madera natural y luminarias negras satinadas. Alterna piezas contundentes con superficies que respiren —vidrio acanalado, rejillas metálicas, estantes abiertos— para no saturar.
Mobiliario clave (por orden de compra inteligente)
Empieza por el sofá de cuero y el mueble de TV industrial: marcan escala y tono. Sigue con una estantería abierta que ordene y dé ritmo vertical. Después, mesa de centro y mesa de comedor. Remata con luminarias en capas. Si el espacio exige precisión milimétrica, valora soluciones a medida para aprovechar nichos y entrepaños.
Errores comunes que conviene evitar
Confundir “industrial” con “oscuro”: la luz natural y los blancos rotos son aliados. Acumular demasiadas piezas vintage pesadas: mejor pocas y potentes con aire alrededor. Ignorar la acústica: suma cortinas con cuerpo y alfombras para evitar reverberación.
Checklist breve para cerrar
¿Repites tres materiales dominantes (ladrillo, metal, cuero/madera)?
¿Circulaciones libres de 90–100 cm?
¿Una pared protagonista y el resto calmado?
¿Luz por capas (carril + colgante + apliques)?